5.6.16

Momento de Misericordia


«Oh Jesús, cuando vienes a mí [en] la Santa Comunión, Tú que Te has dignado morar con el Padre y el Espíritu Santo en el pequeño cielo de mi corazón, procuro acompañarte durante el día entero, no Te dejo solo ni un momento. Aunque estoy en compañía de otras personas o con las alumnas, mi corazón está siempre unido a Él. Cuando me duermo, le ofrezco cada latido de mi corazón, cuando me despierto, me sumerjo en Él sin decir una palabra. Al despertarme, adoro un momento la Santísima Trinidad y le agradezco por haberme ofrecido un día más, que una vez más va a repetirse en mí el misterio de la Encarnación de Su Hijo, que una vez más delante de mis ojos va a repetirse su dolorosa Pasión. Trato entonces de facilitar a Jesús el paso a través de mí a otras almas. Con Jesús voy a todas partes, su presencia me acompaña en todas partes.». [Diario, 486]

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ORACIÓN PARA EL AÑO DE LA MISERICORDIA

Señor Jesucristo, 
tú nos has enseñado a ser misericordiosos como el Padre del cielo, 
y nos has dicho que quien te ve, lo ve también a Él. 
Muéstranos tu rostro y obtendremos la salvación. 
Tu mirada llena de amor liberó a Zaqueo y a Mateo de la esclavitud del dinero; 
a la adúltera y a la Magdalena del buscar la felicidad solamente en una creatura; 
hizo llorar a Pedro luego de la traición, 
y aseguró el Paraíso al ladrón arrepentido. 
Haz que cada uno de nosotros escuche como propia la palabra que dijiste a la samaritana: 
¡Si conocieras el don de Dios! 

Tú eres el rostro visible del Padre invisible, 
del Dios que manifiesta su omnipotencia sobre todo con el perdón y la misericordia: 
haz que, en el mundo, la Iglesia sea el rostro visible de Ti, su Señor, resucitado y glorioso. 
Tú has querido que también tus ministros fueran revestidos de debilidad 
para que sientan sincera compasión por los que se encuentran en la ignorancia o en el error: 
haz que quien se acerque a uno de ellos se sienta esperado, amado y perdonado por Dios. 

 Manda tu Espíritu y conságranos a todos con su unción 
para que el Jubileo de la Misericordia sea un año de gracia del Señor 
y tu Iglesia pueda, con renovado entusiasmo, llevar la Buena Nueva a los pobres 
proclamar la libertad a los prisioneros y oprimidos 
y restituir la vista a los ciegos. 

Te lo pedimos por intercesión de María, Madre de la Misericordia, 
a ti que vives y reinas con el Padre y el Espíritu Santo por los siglos de los siglos. 
Amén.

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